jueves, 4 de junio de 2009

HISTORIA DE LA RADIO

Historia de la Radiodifusión
La radio está considerada como el primer medio de comunicación de masas mediante transmisión de sonido. Como todos los grandes hallazgos e inventos de la historia, repercutió de manera notable en el condicionamiento social y cultural de la humanidad,
aunando la función creadora de opinión de la prensa escrita con la capacidad de recibir una información de manera casi instantánea, así como la posibilidad de comunicarse a largas distancias.
El antecesor más directo de la radio es el telégrafo, un medio de comunicación nacido
a mediados del siglo XIX, que permitía la transmisión de información mediante el código Morse. En esa época la radio era concebida como un sistema de comunicación inalámbrico.
En 1888, Herzt descubre cómo se miden las ondas electromagnéticas y se establece el concepto de longitud de onda. Sería éste quien inspiraría con sus estudios el primer prototipo de radio de Marconi. Fue, precisamente, este último quien vislumbró la posible función social de la radio.
En 1895, Marconi logra el retorno de las ondas electromagnéticas y comienza a buscar financiación para su proyecto. Seguidamente, comienza las emisiones de prueba. Primero ofrece sus servicios al Estado italiano, pero no encuentra el apoyo suficiente y viaja a Inglaterra, donde es respaldado por la empresa estatal de correos. Marconi, con gran visión empresarial, patenta sus inventos y constituye la primera empresa de telegrafía sin hilos. Se ocupa de la parte técnica de la empresa.
El científico italiano consigue comunicar ambos lados del Atlántico mediante ondas electromagnéticas y sin necesidad de cables.
La nueva tecnología tiene un éxito abrumador y, en pocos años, su uso se implanta en casi todos los países. España realiza la primera comunicación radiotelegráfica de carácter público en 1905.
Un año más tarde, se celebró en Berlín la I Conferencia Internacional de Radiotelegrafía, donde 27 países se reúnen para acabar con el monopolio ejercido por la empresa de Marconi, que copaba la mayoría de las redes de radiodifusión.
En 1909, Charles D. Herrold transmite radio- telefónicamente, una hora diaria con información meteorológica, música y novedades. Estamos ante uno de los primeros programas de radio.
En 1910, la radiodifusión se empieza a aplicar a la aeronáutica. Un dirigible militar francés será el primer portador de un sistema de radio que le mantiene en contacto con París. Es desde entonces cuando los ejércitos comienzan a darle una importancia vital a la radiodifusión.
Uno de los primeros acontecimientos relevantes, de cuya existencia sabemos gracias a la radio fue el hundimiento del Titanic. Un hito que conmocionó a la población.
En 1912, la Conferencia Internacional celebra su III edición con 80 países participantes.
En ella, se acuerda distribuir las frecuencias y se establece la señal internacional de socorro (S.O.S.) con una frecuencia reservada. En el mismo año, comienzan las primeras emisiones de prueba en España, controladas por el ejército.
La I Guerra Mundial, que empezó en 1914, propició que las comunicaciones dependiesen, en gran medida, de la radio, interrumpiendo, incluso, la escasa programación comercial existente en esa época. La radio se convierte en una eficaz arma de guerra.
Se crean dos grandes redes de radio, que servirán de referente, tanto en América como en Europa: La R. C. A. estadounidense (1919) y la B. B. C. británica (1927).
La falta de organización por parte de las numerosas emisoras de radio y la ausencia de una legislación que regulase las frecuencias de cada una de ellas provocó, en la década de los 20, el conocido como “caos del éter”.
Las políticas de radiodifusión son diferentes en cada país. Si en Estados Unidos se fomenta la compra de receptores y se realizan los primeros programas musicales y comerciales, en la recién formada Unión Soviética la radio es un medio de comunicación comunitario y con un profundo carácter propagandístico.
Gran Bretaña nacionaliza la B. B. C., que pasa de financiarse mediante la venta de receptores, a depende económicamente del Estado.
Por otra parte, en Estados Unidos, la radio se enfrenta a la prensa escrita, lo que supuso en esta última, el final de su hegemonía como generadora de opinión. Para competir con el nuevo medio sonoro, tuvo que valerse de agencias de prensa y presionar a éstas para que no ofrecieran sus noticias a la radio.
En 1939, estalla la II Guerra Mundial. Si en la primera contienda la radio se mostró un arma eficaz para vencer al enemigo, en esta nueva guerra se hace un elemento insustituible. Cada beligerante posee sus propias emisoras y compiten por copar el espacio del enemigo. Se desarrollan el rádar y el sónar, de gran utilidad para submarinos y aviones.
El contenido de las programaciones radiofónicas es meramente propagandístico, con alguna excepción que cabe destacar, como la B. B. C., que, pese a depender económicamente del Estado británico, supo mantener una independencia envidiable.
En la Alemania nazi, se prohíbe la escucha de emisoras extranjeras. La radio es un instrumento de formación ideológica, no admite discusiones. También cabe reseñar la presencia de emisoras cerca de los dos frentes de batalla, con el fin de desmoralizar al enemigo.
Estados Unidos, pese a tener un sistema de radiodifusión comercial, emitirá propaganda pro-aliada,.
En el caso de España, tras la victoria del bando franquista, las emisiones de radio pasaron a controlarse de forma exhaustiva. Casi todas las emisoras estaban en poder de sindicatos falangistas u organizaciones religiosas de ámbito local. Al igual que en Alemania, estaba prohibido escuchar emisoras extranjeras. De manera clandestina, algunos opositores al régimen dictatorial llegaron a emitir programas de gran relevancia. Un ejemplo de ello es la Radio Pirenáica.
Tras la II Guerra Mundial, la radio sigue participando, esta vez, en la política de bloques protagonizada por Estados Unidos y la Unión Soviética.
En los Estados Unidos surgen tres grandes cadenas de radiodifusión: A. B. C., C. B. S. y N. B. C., mientras que en Italia nace la R. A. I.
Se producen multitud de cambios significativos en la manera de hacer radio. Surgen los géneros radiofónicos tal y como los conocemos ahora, que abarcan información, entretenimiento y retransmisiones deportivas. Es el comienzo de la era dorada de la radio.
En cuanto a avances técnicos, comienzan las primeras emisiones en F. M. lo que permite la instauración del sistema estéreo. También los receptores de radio sufre una gran transformación. Nace el transistor, lo que permite abaratar la producción de receptores para que llegue a todos los bolsillos.
La Unión Soviética enfoca su programación a fines formativos y culturales, con la emisión de eventos deportivos, actuaciones de grupos folklóricos y la muestra de estilos de vida en los años 60.
Otro hecho significativo es el cambio en la manera de escuchar la radio. Si en sus inicios, la radio absorbía toda la atención del espectador, ahora se concibe el medio como un elemento de acompañamiento. Pasa a ser algo complementario. Si antes la población se movilizaba en torno a un programa de radio, ahora esta acompaña al oyente en sus tareas domésticas, cuando va en coche o cuando entra en una cafetería.
Es en estos años, cuando surge la radio contracultural en Estados Unidos, que ofrecía una programación dedicada a la difusión de alternativas culturales, manifiestos antibelicistas, poesías underground y estilos de música anticomerciales.

El programa de radio más famoso de todos los tiempos:

http://www.youtube.com/watch?v=4wf5TPVz56A&feature=PlayList&p=B77D0CB17C3E23B4&index=0&playnext=1

BIBLIOGRAFÍA:

Título: “La radio: de la telegrafía sin hilos a los satélites (cronología 1780-1984)”
Autores: FRANQUET, Rosa y MARTÍ, Josep María
Editorial: Mitre (1985)

Apuntes tomados en clase.

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