De unos años para
acá, se ha puesto muy de moda visitar lugares abandonados para sacar
fotos o vivir nuevas experiencias. Este tipo de espacios tienen un
encanto especial. Quizá por la sensación de que se ha congelado el
tiempo en ellos o los ha deformado hasta aportarles una belleza
particular.
Tras el óxido, los
cristales rotos, los escombros, las humedades y las estancias vacías
se esconden millones de historias y vivencias de las personas que
antaño habitaron estos lugares.
Si tú también
quieres adentrarte en este tipo de aventuras, aquí tienes diez
consejos a tener en cuenta para que tu peripecia sea satisfactoria.
No hace falta que seas triatleta, ni que tengas un máster en
prevención de riesgos laborales. Simplemente, utiliza tu sentido
común.
1- Información y
planificación
Es importante saber
a dónde vas para hacer una idea de lo que te puedes encontrar. El
primer paso es recopilar información sobre el lugar. Si es una
propiedad privada, lo ideal es preguntar antes a sus propietarios. Si
esto no es posible, hemos de recordar que, si accedemos a un lugar
habitado, puede suponer que estemos cometiendo un allanamiento de
morada, lo que nos puede traer problemas con las autoridades.
Para evitarnos
disgustos, podemos recavar información por la red, preguntar a gente
de los alrededores o a personas que hayan estado anteriormente.
2- Equipo
Si para para ir de
fiesta te pones elegante, para ir a sitios abandonados es mejor todo
lo contrario. Ante todo, ropa cómoda que no te importe que se
ensucie. Un buen calzado es primordial para no resbalar o hacernos
daño.
Podemos llevar una
mochila ligera con lo indispensable: móvil (siempre con batería por
lo que pueda pasar), llaves, documentación, agua, botiquín… Las
manos, cuanto más libres mejor. Recordemos que nos adentramos en un
entorno que nos puede resultar peligroso.
Las linternas son
muy útiles si nos vamos a adentrar en sitios oscuros. Procura tener
una siempre a mano. Si vais a echar unas fotos, llevad también lo
indispensable.
3- Precauciones
Nunca te adentres
en este tipo de sitios en solitario. Vé con un par de colegas, pero
tampoco te lleves a tu equipo de fútbol. Cuanto más desapercibido
se pase, mejor. Así que nada de dar el cante. Hablad en voz baja e
intentad no hacer ruido. Obviamente, no rompáis ni os llevéis nada.
Si el lugar está
cerrado y tenéis que saltar un muro de 5 metros o reventar una
cerradura, DESISTID. Lo que os pase dentro o los daños que causéis
serán vuestra responsabilidad.
Decidle a alguien de
confianza a dónde vais a ir. De esta forma, os cubriréis las
espaldas en caso de que os quedéis atrapados u ocurra un accidente.
4- Respeto
Si estáis dentro y
os ve algún vecino o aparece un vigilante de seguridad, un
propietario o la policía, sed sinceros y actuad con normalidad. Si
les explicáis que habéis visto que estaba abierto y que vais a
hacer unas fotos o que os interesan los paisajes degradados y la
arquitectura industrial, suelen entrar en razón. Acatad lo que os
digan y no os metáis en problemas. Lo más probable es que os digan
que os larguéis, pero nunca está de más pedir disculpas si es
necesario.
5- Anticiparse a los
riesgos
Mirad por dónde
pisáis y no toquéis sin ver. Puede haber cristales rotos, basura,
pozos o desniveles. También podéis toparos con suelos resbaladizos,
objetos cortantes y demás cosas que pueden haceros mucho daño. Así
que mucho ojo con el suelo y, si llevas cámara, no te “empantalles”
demasiado.
Tampoco hemos de
olvidar que también hay peligro sobre nuestras cabezas. Fijaos con
detalle en las condiciones de los tejados de los edificios. Pueden
desprenderse materiales y jugarnos malas pasadas. Un casco es una
buena opción por si las moscas.
Las alturas no son
amigas de la seguridad, así que si veis que una estructura es
inestable o el suelo de las plantas está muy deteriorado, no os
arriesguéis.
6- Ni Rambo, ni
tiquismiquis
Siempre hay alguien
que se flipa y quiere mostrar sus dotes físicas saltando una pared,
colgándose de una torre o queriendo llegar primero a los lugares.
Esto no es un deporte. No vas a ganar ninguna medalla. No corras, ni
te arriesgues a abrirte la cabeza por exceso de confianza. No te
pongas a trepar por una chimenea si no tienes ni idea de escalar, ni
dispones de equipamiento necesario para ello. Ve con calma, disfruta
del paisaje y déjate llevar por el silencio que suele habitar estos
lugares.
Tampoco pienses que
esto es como ir a la playa a tomar el sol o a echar una partida a la
brisca. Donde hay abandono, hay suciedad, ratas, insectos y demás
fauna que tiene más derecho a estar allí que tú y que yo. También
puede haber lugares a los que no es fácil acceder y quizá tengas
que arrastrarte, saltar o hacer algún pequeño esfuerzo. Sé
consciente de tus capacidades y no te obligues a hacer nada que creas
que no puedes hacer.
7- El plan B
Como he relatado en
el punto número 4, a veces llegas al lugar y te lo encuentras
inaccesible o el acceso está vigilado. Por ello, es bueno tener un
plan B como alternativa. De esta forma, el viaje no será en balde y
tendréis ocasión de conocer otros enclaves diferentes que colmen
vuestras expectativas.
8- Previsión
Igual que llevas
chubasquero por si llueve, calcula las todas las circunstancias que
se pueden dar. Si entras, comprueba si puedes salir por el mismo
sitio o buscar otra salida. Nunca te separes de tus colegas y afinad
bien vuestros sentidos. Nunca se sabe por dónde nos puede venir el
peligro, así que no nos confiemos. Un accidente en un lugar así
puede ser algo muy chungo. El principal objetivo es salir sano y
salvo. Sí, también con unas buenas fotos y algo que contar a tus
colegas, pero ser prudente nunca está de más.
9- En caso de
accidente
Lo primero es
mantener la calma para resolver la situación de la forma más
adecuada. No es lo mismo cortarse con un cristal o pegarse un
coscorrón con una puerta, que caer por un agujero de seis metros. En
el primero de los supuestos, saca tu botiquín y cúrate lo antes
posible. No dudes en acudir a un centro sanitario si las heridas
revisten gravedad.
En el segundo caso,
que esperemos que no os pase nunca, también es necesario mantener la
calma y no precipitarse, pero además, llamaremos al 112 lo antes
posible y minimizaremos los riesgos a los que nos podemos ver
expuestos. Si un techo se derrumba hay que salir a un lugar abierto
lo antes posible y en condiciones de seguridad.
10- Deja el lugar
igual que como te lo encontraste y sé discreto
El vandalismo y el
pillaje campan a sus anchas donde hay abandono. Hay gente que se
dedica a romper mobiliario por diversión y a llevarse todo aquello
que tenga algún valor. Es raro encontrarte un sitio así que no
hayan quemado y destrozado, lo que repercute en una imagen negativa
hacia los que tenemos un interés artístico por este tipo de
instalaciones. No seas cafre y no les des ideas a los cafres. Por
eso, conviene que no reveles la ubicación exacta del lugar, ni
detalles que puedan dar pistas a los amigos de lo ajeno.