martes, 10 de mayo de 2011

Diario de Viaje IV

 Una noche cualquiera, de fiesta por Gijón:
 Este es uno de mis lugares favoritos de Gijón. Al fondo se ve la zona portuaria. De día, el paisaje puede resultar bastante feo. Chimeneas, barcos, grúas... Contrasta con la vista del otro lado del cerro de Santa Catalina. Más verde y más residencial y playera.
 Esta foto bien podría servir de postal nocturna. Se trata del palacio de Revillagigedo y de la torre del Reloj, antigua cárcel y sede de parte del archivo municipal en la actualidad.
 Esto es el muelle o puerto deportivo. Me ha quedado bastante oscura la foto. Al fondo a la derecha se ve la famosa cuesta del Cholo, lugar de parada obligatoria para degustar unas cuantas sidras por la tarde.

 Esta inscripción está en una fachada de la subida al cerro desde la plaza de la Fábrica de Tabacos. Desconozco quién la ha realizado y cuántos años hace que está aquí, pero creo que refleja a la perfección el humor que nos gastamos los playos.
 Intento de retrato a mi colega Néstor.

 Néstor e Irene hacen de conejillos de indias en la punta de Liquerique.
 Humo.
 Este es el último ornamento que nos han instalado en Gijón. Si tuvimos Anzuelón, tenemos nuestra Iglesiona, paseamos por la Acerona y nos bañamos en la Escalerona, ahora hemos bautizado, como es tradición, este intento de imagen corporativa identitaria como Les Letrones.
 Bajada a la iglesia de San Pedro, al otro lado del cerro.
 Y justo nos encontramos con una procesión de Semana Santa. Es la primera vez que veo esto en Gijón, quizá porque siempre he pasado las vacaciones en mi pueblo.
 Mi amigo Antxon, que vino a visitarme desde Bizkaia, conociendo el ambiente de los antros de perversión playos.
 Foto de exhaltación de la amistad y de la cerveza bien fresquita.
 Otro intento de retrato de mi amigo Néstor con grafittis de fondo. Quizá el encuadre me haya quedado un poco extraño.
 Siempre que salimos a caminar, terminamos cerca del mar. Debe tener algo de magnético o quizás es que no nos guste mucho caminar cuesta arriba.

 A la izquierda, la iglesia de San José, de corte clásico. A la derecha, el edificio Bankunión, que domina el skyline de Gijón con 23 pisos de altura (si no recuerdo mal). Esta estampa siempre me pareció sacada de la Rumanía de Ceaucescu.

 Susana fue jefa mía durante un verano. Cuando curré de recogevasos en el bar 4.70, punto de encuentro donde se reúnen los más dispares personajes. Me lo pasé pipa aquel verano. El perrito se llama Miroslav Von Kirschen.
 Otra perspectiva de la iglesia de San José con el mamotreto Bankunión acechándola por la espalda.
 Esta es otra escultura que se encuentra en la plaza del Humedal (antes de los Caídos). Lo que impresiona al paseante es que a medida que camina, el cubo cambia de color.


 Panorámica nocturna desde la iglesia de San José. A la izquierda está la Acerona de la que hablé más arriba.
 Interior de un garito de los que frecuento de vez en cuando.
 Con la ley anti- tabaco esta caña de Estrella de Galicia se muestra realmente indignada. En señal de protesta, me pidió unas caladas de mi pitillo de liar.
 Más ambiente nocturno.
 Perspectiva desde la puerta de la Tabacalera. Lugar de reunión, de charlas filosófico- políticas y un buen sitio para tomarse unos tragos y contemplar el ambiente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario