miércoles, 4 de mayo de 2011

Diario de viaje

 Primera noche después de regresar. No podía dormir, así que decidí dar una vuelta con mi cámara por el barrio de pescadores de Gijón, conocido popularmente como Cimavilla o Cimadevilla. El día anterior, una tormenta azotó la costa. Como se puede observar en la foto, la marea arrastró bastante porquería:
 Me costó bastante encuadrar esta foto, puesto que las condiciones de luz no ayudaban, sumado a las limitaciones de mi cámara y la distancia desde la que está hecha, pero creo que consigue captar lo que me proponía: el mar sigue siendo un gran vertedero y nos lo hace ver en días "post tormenta" como este.

 Prosiguendo con el paseo, me acerqué a una de las iglesias más populares de Gijón: San Pedro. Enclavada justo en la subida a Cimadevilla, la iluminación hace propicio tomar unas instantáneas:


 En esta última foto quise plasmar el detalle de este pequeño y modesto rosetón. No es comparable con las vidrieras de catedrales como la de León, pero creo que refleja la sencillez y austeridad del estilo arquitectónico que caracteriza a la iglesia de San Pedro.

  De vuelta a casa, decidí pasarme por un lugar que me trae muchos recuerdos de la infancia. Se trata del parque de Los Pericones, desde donde se puede ver gran parte de la ciudad. Bajo este árbol, pasé muchas tardes con mi padrino Julio jugando al tres en raya. Después de merendar un bocata y una pieza de fruta, mi padrino sacaba su navaja de Taramundi y gravaba en un banco el "tablero" de juego". Es una pena que no haya hecho la instantánea con más luz, puesto que era una noche bastante cerrada. Aún así, cuando llegué a casa y revisé las fotos, me gustó el resultado final. La fotografía está un poco movida, pero me gusta la silueta del árbol contrastando con las luces de la ciudad:


 Por último, no me pude resistir a hacer una panorámica de la bahía de San Lorenzo. Pese al mal tiempo y la baja calidad de la imagen, creo que retrata la mar encrespada intentando vencer los muros construídos por el hombre:

  Como curiosidad, el círculo blanco que se aprecia sobre los edificios no es la luna, como es de suponer, sino una gota de lluvia que también quiso salir en la foto.

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